La Alerta de Género es una herramienta que busca visibilizar la necesidad de fomentar un periodismo con perspectiva de género impulsado por Editoras de Género que logren cuestionar las narrativas tradicionales utilizadas en los medios de comunicación, los cuales, muchas veces incluso sin intención, incurren en sesgos al momento de hablar de los cuerpos de las mujeres y niñas con noticias que revictimizan, reproducen estereotipos, discriminan y estigmatizan a las víctimas de feminicidio.
Es, además, una responsabilidad que asumimos como sociedad civil -aun sabiendo que no nos corresponde-, porque el Estado es responsable y debe garantizar políticas pertinentes para erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas incluyendo aquella que es reproducida y ejercida por los medios de comunicación.
Esta Alerta de Género no es un contador de mujeres asesinadas, sino un llamado para que contemos la historia como corresponde y reivindiquemos la memoria de esas mujeres asesinadas solo por el hecho de ser mujer y haber nacido en Cuba
Reforzamos que el asesinato de las mujeres en Cuba sea llamado Feminicidio, ya que este sucede motivado por odio y desprecio a las mujeres por su condición de género ante un Estado que no cuenta con la voluntad política de dictar las medidas necesarias y efectivas para evitar que ocurra haciendolo responsable por todas las víctimas de feminicidio en Cuba.
Actualmente, no existe la tipificación del Feminicidio como delito de violencia de género en Cuba; solo podemos mencionar que el Código Penal establece que quien dé muerte a una mujer como consecuencia de la violencia de género será sancionado con privación de libertad de veinte a treinta años, privación perpetua de libertad o muerte (art 345.1).
La situación respecto a los feminicidios sobre lo cual este Observatorio Integral para la Prevención de la Violencia contra las Mujeres da cuenta, hace necesaria e urgente la creación de una ley especializada de violencia de género que contemple el feminicidio como delito, aunado a la conformación de tribunales especializados con prestadores judiciales sensibilizados y jueces con perspectiva de género, siendo todo esto un requisito fundamental para evitar la revictimización de las familias de las mujeres asesinadas que buscan justicia.
Si el homicidio es la acción de dar muerte a un hombre, el femicidio es la acción de dar muerte violenta de una mujer, haciendo énfasis en que esa muerte se produjo por el solo hecho de ser mujer. El femicidio es, entonces, la expresión más extrema de la violencia contra las mujeres.
Refiere al igual que el femicidio, el acto de matar a una mujer solo por el hecho de ser mujer, pero se le suma un simbolismo político que busca expresar que es un hecho que sucede por la inacción y la impunidad que fomenta el Estado de manera intencional para no abordar la violencia contra las mujeres como un asunto urgente de Estado.
El feminicidio es, entonces, la expresión más extrema de la violencia contra las mujeres, avalada por el Estado.
Introducimos la partícula “geno” para denominar aquellos feminicidios que tienen como objetivo especifico la destrucción de las mujeres como genus, es decir, como género, en condiciones de impersonalidad. Este concepto busca reconocer la violación, la tortura sexual y la destrucción de los cuerpos de las mujeres con exceso de crueldad como crímenes de guerra.
El femigenocidio es, entonces, la guerra contra el cuerpo de las mujeres.